¿Para qué más? ¿No te parece que ya has hecho suficiente?
Escuchar sus preguntas mientras ponía la mesa para cenar me rompieron. Sentí un vacío en mi cuerpo. El hueco era tan grande que escuchaba el eco de los latidos de mi corazón.
Sonreí. Una sonrisa a medias y falsa. Serví dos platos de comida lentamente. Era hora de cenar. La casa olía a jengibre y aceite de sésamo después de preparar Pad Thai saludable.
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